María (nombre ficticio que se utilizó en la crónica de ‘The Guardian’) vivió en Reino Unido entre 2014 y 2018 y al volver de sus vacaciones de Navidad en Málaga no la dejaron entrar. La detuvieron en el aeropuerto de Luton el pasado 26 de diciembre y le advirtieron de que estaba "perdiendo el tiempo” si consideraba que el permiso que les mostró para probar que trabajaba allí era válido.
El caso de esta joven de 34 años es un ejemplo del limbo en el que se encuentran muchos ciudadanos de la UE desde la aplicación de las reglas impuestas por el Brexit.
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