El Heavy Metal nació cuando cuatro greñudos de Birmingham decidieron trasladar a la música la resaca de los sesenta. Con la boca pastosa y la memoria algo rayada se metieron en el estudio a grabar durante dos días el disco fundacional del género. Saldría el viernes 13 de febrero de 1970 y llevaría por título Black Sabbath, igual que el nombre del grupo. A partir de tan señalado momento dará comienzo la historia del Heavy Metal; una música sucia y oscura como el agujero del retrete del averno.
Existe la creencia de que el Heavy Metal es la suma de todo lo surgido anteriormente a él, es decir, los redobles de batería están sacados de la percusión primitiva de los tiempos cavernícolas, cuando éramos poco más que primates golpeando con un palo la cabeza del vecino.