Las caras de una misma moneda para ocultar la verdad
Por qué es importante saber insultar en una segunda lengua
A Pinocho le crecía la nariz cuando mentía. ¿Le menguaba si decía la verdad?
A Pedro, el pastorcillo, nadie le creyó cuando el lobo atacó de verdad su rebaño. Habían sido muchas las mentiras previas.
Todo un pueblo aclamó en las calles el traje inexistente de un emperador que paseaba desnudo.