La epidemia de coronavirus está otorgando a las autoridades poderes excepcionales que en países con democracias frágiles están agravando tensiones sociales o problemas que ya previamente estaban bajo la crítica internacional.
Guayaquil, la capital económica de Ecuador y uno de los principales focos de la epidemia en América Latina -la zona con más casos por detrás de Brasil-, ha sido testigo durante dos días de violencia policial contra la población más pobre de la ciudad, donde la gente vive del comercio ambulante, principalmente, hacinados en casas minúsculas y en ambientes de delincuencia y marginalidad. En Guayaquil, la población local denuncia las condiciones indignas que sufren las víctimas del virus y sus familias, con ataúdes que permanecen en casas durante días sin que nadie los traslade o cuerpos envueltos en sábanas que se acumulan en calles y cunetas.