AstraZeneca tendría que haber empezado a entregar vacunas a finales de 2020. Pero, afirma la Comisión Europea, su demora en la entrega de los datos de los ensayos clínicos hizo que la Agencia Europea de Medicamentos no aprobara la vacuna hasta finales de enero. Y lo hizo al tiempo que el fabricante anunciaba, de entrada, que no podría asumir los compromisos para el primer trimestre del año: entregó casi 30 millones de dosis, en lugar de las 80 pactadas en el peor de los casos (120 en el mejor).