Cuando un acuerdo se cierra en Nochebuena, envía señales de lo que se puede esperar de los firmantes. Y el acuerdo comercial de relación futura entre Reino Unido y la Unión Europea, después de la entrada en vigor del Brexit el 1 de febrero de 2020, se selló, agónicamente, el 24 de diciembre de 2020. Hasta tal punto es la agonía que ese acuerdo de más de mil folios, que se tiene que traducir a dos decenas de idiomas para su aprobación por los eurodiputados, aún no se ha votado en el Parlamento Europeo y la Unión Europea ha tenido que pedir árnica a Londres.