La escala de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en Madrid, la semana pasada, y su encuentro con el ministro español de Transporte, José Luis Ábalos, ha desatado una fuerte polémica política en España que ha alcanzado diferentes cancillerías de todo el mundo.
A favor o en contra, ha habido muchas opiniones salvo una determinante: el Gobierno de Nicolás Maduro que guarda silencio.
La oposición española, líderes de países amigos de unos y de otros; defensores y detractores de un hecho interesado para algunos o diplomático para otros, han criticado y loado ese momento que nadie vio pero del que todo el mundo sabe.