Iberdrola contrató al excomisario José Manuel Villarejo, hoy en prisión provisional, en 2004 para conseguir información comprometedora sobre Manuel Pizarro, presidente en aquellos momentos de Endesa, que entonces era la primera eléctrica de España, según publican El Confidencial y Moncloa.com.
Según publican ambos medios, el presunto cabecilla de la operación Tándem rastreó la vida privada, las amistades, los vínculos societarios y la trayectoria profesional de Pizarro. El objetivo del excomisario era filtrar “información sensible” sobre Pizarro a los medios de comunicación “con el fin de erosionar y desprestigiar su imagen” y forzar que el presidente de la energética abandonara su puesto. Fue el jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, quien requirió en 2004 los servicios del comisario jubilado para "salvaguardar los intereses" de la energética.