De todas las resurreciones musicales de los últimos años, la de los Pixies ha sido una de las más inesperadas y sorprendentes. Su último trabajo editado el año pasado, Doggerel (2022), es algo más que un buen disco de una banda veterana, apuntando muy buenas maneras, y recuperando cierto brío de épocas anteriores, algo que ya se venia barruntando desde Beneath The Eyrie (2019), el disco anterior, borrando poco a poco el tibio despegue de esta nueva etapa, inaugurada con el poco acertado Indie Cindy, del año 2014, cuya calidad está a la misma altura que el título escogido.