Un intenso humo negro alertó a los vecinos de que algo se estaba quemando en la casa de Brian Duffy. Incinerar celuloide no es fácil. La reacción química que se produce cuando arden los ácidos que recubren la película genera un olor penetrante y una nube oscura. Cuenta su hijo Chris Duffy que en gran medida debemos agradecer a los vecinos que pararon las molestias que estaba provocando su padre, por salvar una parte de la historia de la cultura popular.
Ese día ardieron negativos de sus trabajos fotográficos durante los años 60 y 70: las noches salvajes y pop del Swinging London que fotografió para sí mismo y para la revista Vogue, los retratos de actores y cantantes que pasaban por su casa y las sesiones con David Bowie.