Hay escritores que no solo pasan a la posteridad por su obra, sino que se convierten en mito. Con George Gordon Byron (Londres, 1788 - Mesolongi, 1824), más conocido como Lord Byron, la fascinación por su persona ya se produjo en vida: tan atrayente como intimidante, desde muy joven alimentó un culto hacia sí mismo que le llevó a vivir con una intensidad que muchos envidian pero pocos ponen en práctica. Escribió, viajó, frecuentó los círculos más codiciados; por encima de todo, amó, dio rienda suelta a la pasión sin apiadarse de las víctimas que dejaba por el camino.
Leer más: Crueldad, adulterio e incesto, el "Byron enamorado" que perfila Edna O’Brien