Es probable que nunca hayas oído hablar de Cuito y que, si lo has hecho, sea por las más de cuatro décadas de guerras —de independencia (1961/1975) y civil (1975/2002)– que sufrió Angola. Si uno revisa la hemeroteca, El País publicaba en 1994 una crónica en la que su enviado especial, Alfonso Armada, escribía lo siguiente sobre esta ciudad angoleña: “Si hay que buscar un símbolo del desastre, Cuito tiene todos los números”. “A Cuito la llaman ahora en Angola la Stalingrado africana”, añadía unas líneas más abajo.