El primer Ejecutivo de la transición ha echado a andar con enormes retos por delante y con numerosas críticas por su composición, considerada por algunos poco plural y representantiva
Siria: de la euforia por la caída de Bashar Al Asad al recelo del nuevo Gobierno a un mes de las últimas masacres
Desde que tomaron el poder en Damasco el pasado mes de diciembre, tras expulsar al dictador Bashar Al Asad, los islamistas radicales de Hayat Tahrir al Sham (HTS) prometieron que Siria tendría a principios de marzo un gobierno que guiaría al país en la etapa transitoria.