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Avi Gil, exdirector del Ministerio de Exteriores de Israel: "La solución vendrá de fuera y el jugador más importante es EEUU"

Avi Gil, exdirector del Ministerio de Exteriores de Israel:

El que fuera jefe de gabinete del ex primer ministro Shimon Peres participó en las negociaciones para los Acuerdos de Oslo de los años 90 del siglo pasado y se muestra crítico con la estraregia de Benjamín Netanyahu en la guerra de Gaza

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Avi Gil (Haifa, Israel, 1955) vivió de primera mano las negociaciones entre Israel y palestinos que dieron paso a los Acuerdos de Oslo en 1993-1995.

Vio aquel pacto como el inicio del proceso de paz, pero ahora cree que el objetivo de una convivencia pacífica en la región está más lejos que nunca. Gil apuesta por la solución de los dos Estados y se muestra abiertamente contrario a los asentamientos en territorio palestino ocupado. De la misma manera, critica la gestión del primer ministro Benjamín Netanyahu, a quien afea que su prioridad sea acabar con el grupo islamista Hamás y no “solucionar la situación con los rehenes” –obtener la liberación de los casi 60 israelíes que permanecen secuestrados en Gaza–.

Las opiniones de Gil han sido minoritarias en el Gobierno israelí, del que formó parte entre 2001 y 2002 como Director General del Ministerio de Asuntos Exteriores. Antes fue jefe de gabinete del ex primer ministro Shimon Peres y Director General del Ministerio de Cooperación Regional, entre 1999 y 2001. Su cargo le ha hecho presenciar de cerca momentos históricos en el conflicto entre Israel y Palestina, y ha hecho que conozca todos sus detalles. Los desgrana cauteloso y de manera afable en una conversación con elDiario.es en Barcelona, en el marco de las jornadas 'War & Peace', organizadas por el CIDOB.

Como persona que participó en la negociación de los Acuerdos de Oslo, ¿cómo se siente viendo la situación actual en Gaza?

Estoy muy triste con la terrible situación en Gaza, que empezó con la horrible masacre que Hamás cometió el 7 de octubre [de 2023]. Para empezar, por el dolor de los rehenes, pero también por las víctimas que han sido asesinadas al otro lado de la frontera [más de 50.000 palestinos]. Mi corazón está en ambos lados.

Sobre todo, estoy triste porque sé que hay una alternativa, que es la reconciliación y la paz, el fin de la sangría y el respeto entre unos y otros, una alternativa que yo creía posible, pero que ahora creo que se ha perdido.

Después de 18 meses de guerra, ¿sigue creyendo que la solución es la creación de dos Estados?

Sí. No será mañana, pero creo que la única solución real para los problemas entre Israel y Palestina tiene que ver con respetar al otro. Es la única alternativa. Por eso me entristece, porque estuve muy involucrado en las negociaciones con Palestina. Y sé que estuvimos cerca. Sé que podría haber pasado. Que debería haber pasado.

¿Qué falló?

Ninguno de los dos bandos está libre de culpa. El lado israelí no debería haber continuado con los asentamientos. Y el palestino renunció y fue incapaz de controlar el terrorismo. Así que no tengo una buena respuesta para cuando un palestino me recrimina que se están vulnerando los Acuerdos de Oslo y que el Estado de Israel sigue robando sus tierras, ampliando los asentamientos y la presencia en Cisjordania, porque ambos fallamos.

Visto en perspectiva, creo que Israel no debería haber permitido los asentamientos en lo que, en un futuro, debería ser territorio de un estado palestino

¿Cree que ambos bandos son igualmente culpables?

Visto en perspectiva, creo que Israel no debería haber permitido los asentamientos en lo que, en un futuro, debería ser territorio del Estado palestino. Y creo que Palestina, desde los días de [el líder Yaser] Arafat e inmediatamente después de los Acuerdos de Oslo, debería haber actuado con mucha más contundencia contra Hamás y contra otros elementos terroristas.

He perdido la cuenta de cuántas reuniones tuve con Arafat en las que los miembros de nuestra Inteligencia y de ECHELON [un sistema de interceptación de comunidades creado y gestionado por Estados Unidos] les avisaron de lo que Hamás estaba intentando conseguir.

Durante los días previos al 7 de octubre, la Inteligencia israelí también avisó a los dirigentes del Gobierno, entre ellos a Netanyahu, de que era muy probable que Hamás estuviera preparando un ataque, pero no se hizo nada. ¿Por qué?

Hubo un fallo estratégico y táctico. Ambos son inmensos. El fallo estratégico fue pensar que Hamás estaba contenido y que era buena idea fortalecerlo para debilitar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para poder continuar controlando Cisjordania. Luego está el fallo táctico, que tiene que ver con interpretar mal la información de la Inteligencia y los servicios de seguridad de Israel.

¿Qué se interpretó mal?

Fue un error de concepción, de cómo el Ejército, la Inteligencia y los servicios de seguridad ven a Hamás. Lo consideran como un grupo terrorista, pero en realidad es un ejército. Gaza es hoy el territorio más fortificado del mundo, con túneles, munición, guerreros entrenados y un equipo excelente.

Un grupo terrorista no ataca como un ejército, no podría penetrar tanto en nuestro territorio ni reunir información como un ejército. Aun así, pensaron que si hacían algo, como mucho secuestrarían a unos pocos soldados.

Pero hace años que Hamás emplea esos medios...

Es cierto, había señales por todos lados. Pero tienes que pensar que Israel tiene sobre su mesa amenazas de Irán, que está creando armas nucleares; y de Hizbulá, que asegura que tiene 140.000 misiles que puede disparar contra Israel en cualquier momento. Así que Hamás no era una prioridad. Además, existía una idea, que ha llegado a convencer hasta al primer ministro, de que Hamás estaba contenido.

Durante las horas antes al 7 de octubre hubo errores garrafales que sólo un comité de investigación, que todavía no se ha creado, podría revelar para resaltar los culpables y sus motivos

¿Por qué no era una prioridad, teniendo en cuenta que Hamás controla territorios palestinos muy cercanos a asentamientos de población israelí?

Era una prioridad, pero no la principal. Es cierto que hubo errores garrafales que sólo un comité de investigación, que todavía no se ha creado, podría revelar para resaltar los culpables y sus motivos.

Escribió en un artículo en el periódico israelí Haaretz que “la contención, que no eliminación, de Hamás es una herramienta política necesaria si lo que se busca es perpetuar la ocupación”. ¿Cree que a Netanyahu le interesaba no parar el ataque del 7 de octubre para así iniciar una guerra que le permitiera ampliar la ocupación?

Mantener a Hamás y debilitar a la ANP contribuye a la ocupación, claro. Porque si los palestinos que están dispuestos a vivir en paz con Israel son fuertes y dominan la política palestina, se convierten en socios serios. Pero si están divididos y débiles, no lo son. Si no se firma ningún acuerdo de paz con Abu Mazen [presidente de la ANP], es porque no controla a Hamás y, por tanto, no puede cumplir [con el acuerdo].

No me ha dicho si cree que Netanyahu quería esta guerra...

No, no lo creo. No creo que quisiera esta guerra, ni una guerra pequeña. En absoluto. Creía, como muchos otros, que la situación estaba controlada. Quedó totalmente sorprendido por la magnitud del ataque.

Por eso creo que el único camino es el de los dos Estados. Quiero la eliminación de Hamás y el fortalecimiento de la paz en Palestina, de Abu Mazen, de aquellos que han entendido que la única esperanza para el pueblo palestino es [llegar a] un arreglo y vivir en paz con Israel.

Avi Gil, durante la entrevista con elDiario.es en Barcelona Avi Gil, durante la entrevista con elDiario.es en Barcelona

Si se llegara a tal acuerdo, ¿qué cree que debería pasar con los colonos israelíes? ¿Se deberían de ir definitivamente del territorio ocupado?

Quiero recordar que existe una resolución palestina y de la Liga Árabe que reconoce el intercambio de tierras como parte del acuerdo. Significa que los asentamientos, muchos de los cuales están cerca de las fronteras de 1967, pasarán a formar parte de Israel e Israel pagará con la misma cantidad de tierra en otras partes de Palestina. Así que se reduciría hasta el 20% la presencia judía en Cisjordania.

Ahora bien, ¿qué pasa con el otro 20%? Piensa que estarían viviendo en un pueblo aislado bajo la ley palestina. Aunque los palestinos estén de acuerdo con su presencia, dudo que quisieran quedarse en un territorio donde no se aplica la soberanía israelí. Creo que la mayoría de ellos, con el tiempo y una buena compensación, acabarían regresando a la zona propiamente dicha de Israel.

Dejar esto en manos de la voluntad de la gente, ¿no podría generar conflictos civiles que pusieran en riesgo una paz reciente y frágil?

Tengo que decir que mis preferencias están en minoría entre la sociedad israelí. Pero la base de la solución de los dos Estados es la de generar las menos fricciones posibles entre judíos y árabes. Así mismo, minimizar la presencia de judíos en Cisjordania. Obviamente, la agenda de la derecha es que esto sea imposible y animan al máximo número de personas a convertirse en colonas, no sólo en los asentamientos cercanos a las fronteras del 67, sino también en lo profundo del territorio palestino.

Creo que la estrategia de romper el alto al fuego tiene como objetivo presionar a Hamas y lograr un acuerdo sobre los rehenes que todavía tienen. Pero no estoy seguro de que vaya a funcionar

Israel rompió el alto el fuego con Hamás hace tres semanas y las tropas cada vez se adentran más en Gaza. ¿Cree que el objetivo es acabar ocupándola por completo?

Hay personas de extrema derecha que forman parte de la coalición gobernante que dicen abiertamente que su objetivo es reconstruir los asentamientos en Gaza. Pero el primer ministro ha rechazado esa idea. Creo que esta estrategia [romper el alto el fuego] tiene como objetivo presionar a Hamás y lograr un acuerdo sobre los rehenes que todavía tienen. Pero no estoy seguro de que vaya a funcionar.

El alto el fuego era precisamente para eso, para intercambiar rehenes...

Hasta donde sé, el alto el fuego no fue parte de ninguna estrategia para cambiar a largo plazo la situación de la región. No estoy elogiando al Gobierno [israelí]. De hecho, me opongo a él, pero dudo de que el alto el fuego fuera más que un elemento estratégico que ya había cumplido su objetivo.

Pero todavía quedan unos 60 rehenes israelíes en manos de Hamás.

Desde el inicio de la guerra en Gaza, el Gobierno tuvo dos objetivos que se contradicen entre sí: el primero era eliminar a Hamás y el segundo era recuperar a los rehenes sanos y salvos. Y no creo que ese sea el orden adecuado de las prioridades de un país. Creo que lo primero debería ser liberarlos, porque los días pasan y ellos siguen muriendo, bien asesinados, bien por las condiciones de allí.

Hamás seguirá existiendo después de llegar a un acuerdo para su liberación. Por eso, siempre he creído que se debería haber pospuesto la ofensiva, pero mi opinión fue desoída. De hecho, hasta el día de hoy, la postura oficial del Gobierno es que la presión hará que se libere a los rehenes.

¿Por eso Netanyahu rompió el alto al fuego?

No pretendo leerle la mente ni hablar de sus motivos personales, pero creo que si conseguía liberar a todos los rehenes y, por lo tanto, acabar con el conflicto, pero Hamás seguía ahí, él habría perdido la guerra. O al menos esa es su perspectiva.

Dice que sus opiniones fueron desoídas. ¿Cómo es su relación con Netanyahu?

Para mí, el Gobierno no es importante. Mi problema es con la oposición, que se resiste a hablar de las ideas que planteo. Espero de verdad que en las próximas elecciones Israel encuentre un partido que diga claramente que ve una solución en el horizonte. Después del dolor infligido en ambos bandos, creo que esto sólo se solucionará con una diplomacia inteligente, un liderazgo fuerte y con mucha ayuda de la comunidad internacional.

No todo lo que se plantea desde fuera como bueno para Israel es realmente bueno para Israel. A veces, las medidas que permiten continuar con la ocupación realmente son malas para Israel

¿Cree que Donald Trump es un buen aliado para Israel?

Antes que nada: no todo lo que se plantea desde fuera como bueno para Israel es realmente bueno para Israel. A veces, las medidas que permiten continuar con la ocupación realmente son malas para Israel.

Volviendo a Trump. Hay que tener en cuenta que, a estas alturas, no va a salir ningún proceso serio desde dentro. El ambiente es malo, los liderazgos son inestables o débiles y la población está dividida. La solución vendrá de fuera y el jugador más importante, nos guste o no, es Estados Unidos. Sólo ellos tienen influencia real sobre Israel y sobre los países árabes. Su rol va a ser indispensable.

¿Cree entonces que Trump es un buen aliado?

¿Quién puede predecir a Trump? Si quisiera ganar el Nobel de la Paz tras garantizar la estabilidad en la región, tendría la influencia necesaria para conseguirlo. Pero, por ahora, lo que vemos es cómo golpea a nuestra economía con los aranceles que ha declarado sobre Israel. Hay otros países que también están afectados, claro. Pero, a ver, Estados Unidos era nuestro gran amigo.

Dejando de lado a Estados Unidos, otro actor internacional importante es la Unión Europea. Hay quienes opinan que la presión de la UE sobre Israel se queda corta. Hay quien, por contra, la considera equivocada. ¿Usted qué cree?

Creo que si hablas y criticas desde fuera, deberías poder aconsejar qué hacer. Tenemos una situación en la que hay terroristas, violadores y asesinos de niños al otro lado de nuestra frontera que amenazan con cruzarla y hacer lo mismo si les dejamos sobrevivir. Están construyendo un túnel, guardando la munición en los sótanos de hospitales y mezquitas. Lo que está sucediendo es muy triste y no basta con criticar al Gobierno. ¿Cómo afrontarías tú esto? Ilumíname.

Yo no formo parte de ningún gobierno implicado.

Pero con criticar no basta.

Las presiones llegaron después de que Israel bombardeara escuelas y hospitales en Gaza en ataques que acabaron con la vida de civiles.

De verdad que me duele en el alma ver a gente inocente asesinada y mutilada. No me enorgullezco de eso y creo que Israel debería ser más cauteloso para evitar víctimas civiles. Pero, de nuevo, hay que luchar contra una organización como Hamás. ¿Tienes una propuesta mejor? Me pregunto si hay mejores tácticas. Mi hipótesis es que hay que luchar contra Hamás a la vez que fortalecemos a la ANP. Pero, ¿cómo hacemos eso?

La celebración de elecciones tras 20 años quizás ayudaría.

Depende. Creo que es imperativo un liderazgo que tenga el apoyo de la mayoría de palestinos. Pero ¿qué harías si la mayoría votara a Hamás? Es un riesgo. Ya corrimos un riesgo así en el pasado y mira lo que pasó. Las elecciones deben ser parte de una arquitectura diplomática mayor, a escala regional, pero además deben ubicarse en el momento adecuado.

O sea, ¿no habrá elecciones en Palestina hasta que Hamás, o cualquier otro grupo armado, se desvanezca?

No necesariamente cuando llegue su fin, basta con que sea más débil. Y cuando la ANP sea mucho más fuerte. Cuando los palestinos vean que la reconciliación con Israel les beneficia y que, de hecho, luchar contra Israel lo único que trae es dolor y miseria.

Para llegar a esta situación con el pueblo palestino, ¿no habría bastado con respetar el alto al fuego y garantizar un periodo de tiempo lo suficientemente largo sin ataques ni bombardeos?

Ahora es el momento de colaborar. Y yo apuesto por la paz, pero Hamás es un gran obstáculo y, mientras se mantenga como una milicia armada, no habrá esperanza para ningún proceso de paz. 

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