La derrota del ultranacionalista Mateusz Morawiecki (Ley y Justicia, PiS) en Polonia se ha celebrado en muchas capitales europeas, pero sobre todo en una: Bruselas. El retorno del europeísta Donald Tusk, de nuevo como primer ministro, que se producirá este mismo jueves para el Consejo Europeo, supone un alivio para la amplísima mayoría de líderes de los 27 y también para la Comisión Europea tras años de choque continuo con Varsovia por su deriva autoritaria.
La quiebra del Estado de derecho en Polonia y Hungría ha llevado a ambos países al abismo de la apertura de un procedimiento bajo el artículo 7 de los tratados, que puede conllevar incluso la pérdida del derecho a voto en el seno de la UE; pero se han protegido mutuamente.