2022 será recordado por el inicio de la mayor crisis energética desde los años 70, con un desenlace todavía incierto, como consecuencia de la guerra en Ucrania. El cataclismo ha dejado al descubierto las costuras de la política de Alemania y su adicción al gas ruso. España lo ha capeado en mejor posición que la mayoría de países europeos, gracias a una red de regasificadoras única en la UE y a la intervención del mercado eléctrico a través de la excepción ibérica.
2021 ya fue un año loco en el mercado de la energía, con casi una treintena de récords históricos del precio de la luz que palidecen en comparación con los valores que se llegaron a alcanzar en marzo.