Unas tuercas o unos tornillos que no habrían estado lo suficientemente apretados. Esa es la aparente causa del accidente de un avión Boeing 737 Max 9 que, a principios de enero, perdió una puerta en pleno vuelo, además de parte del fuselaje, y cuyos motivos aún se están investigando. Ahora, semanas después del incidente, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ha ampliado la investigación y ha ahondado en la crisis que atraviesa el fabricante norteamericano.