Circula estos días el tuit de un liberal estadounidense criticando el lineal de un supermercado cubano que tiene una única marca de tomate enlatado. "No hay variedad, no hay competición. No hay opción. No hay esperanza", dice. Entre otras cosas, las respuestas le recuerdan que la mayoría de marcas que consumimos en países capitalistas pertenecen a un puñado de multinacionales. Alguno señala jocoso que 34 marcas diferentes de tomate es justo lo que necesita para "sentirse libre".
"En Estados Unidos se da mucho esto porque el suelo vale lo que vale. Te encuentras un pasillo entero de cereales, con muchísimas variedades y marcas entre las que escoger", señala Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario, que agrupa a varios de los principales proveedores de Mercadona.