“No sólo tengo miedo, ¡estoy aterrorizada!”, admite Haya Abdelhadi, una mujer palestina de 30 años, en referencia a un posible ataque israelí contra la localidad de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza. Ella y su familia forman parte de los desplazados que se encuentran allí después de haber huido de otras zonas del territorio palestino en los pasados seis meses de guerra. “La preocupación por mi familia me consume, no sólo me preocupo por mí sino por mis padres y mis sobrinos pequeños.