Cada marzo, en la pista de aterrizaje ilegal de Chínipas (Chihuahua) –un pueblo serrano de difícil acceso que colinda con el estado de Sonora–, cantantes de música norteña aterrizan para celebrar el cumpleaños de Alfredo Salazar Ramírez, alias "El Muñeco", socio del cártel de Sinaloa, preso en México y con orden de extradición a Estados Unidos para enfrentar cargos por tráfico de cocaína.
Alfredo es hijo de Adán Salazar Zamorano, "Don Adán", encarcelado desde 2011, y patriarca de un violento clan llamado Los Salazares que –lo denunció Miroslava Breach en sus artículos– se ha infiltrado en la política local y la policía de varios municipios de la Sierra Tarahumara.
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