Las elecciones europeas que se celebrarán del 6 al 9 de junio constatarán la derechización del continente. Apenas resisten un puñado de gobiernos progresistas, entre ellos el de España y el tripartito alemán en horas bajas, mientras que crecen los de la derecha, en muchas ocasiones apoyados por fuerzas ultraconservadoras. Todas las encuestas coinciden en que el Partido Popular Europeo será el más votado y los socialistas serán de nuevo segunda fuerza, pero dibujan un incremento notable de la extrema derecha, con los grupos que la componen pugnando con los liberales por la tercera posición.