Una jornada organizada por la fundación Maldita.es analiza las estrategias de desinformación en Europa con el foco en Rusia
Los datos no frenan los bulos: nuestra indignación moral es el combustible de las noticias falsas
La desinformación, el bulo y la patraña en redes sociales no son normalmente, en el caso español, un producto de importación, sino creaciones de cosecha propia de las que después se pueden servir los intereses extranjeros –por ejemplo, los de Rusia– para amplificarlas, con voluntad de extender el caos.
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