La tragedia de Chernóbil el 26 de abril de 1986 marcó a toda una generación de ucranianos, que se vieron afectados profundamente por la mayor catástrofe nuclear de la historia, una huella que sienten especialmente aquellos nacidos en el año del desastre.
"Fui evacuada de Chernóbil cuando tenía solo dos semanas, pero el trauma me persiguió años después", comentó a Efe Olga Zakrevska, que vivía en Prípiat, la localidad más cercana a la planta.
La sola palabra Chernóbil causa escalofríos en toda la región, ya que la vecina Bielorrusia y varias regiones rusas también se vieron muy afectadas por la nube radiactiva, pero nada comparable con lo que vivieron las familias de los que trabajaban en la central.