Las petromonarquías autoritarias del Golfo se han convertido en los últimos años en el corazón de la geopolítica del deporte, sobre todo del fútbol. Qatar y Arabia Saudí comenzaron con la celebración de grandes eventos (Mundial y Supercopa de España respectivamente) y dieron un gran salto cualitativo con la compra de equipos enteros (Paris Saint-Germain y Newcastle). Pero no todo es fútbol y este año han dado un paso más tratando de comprar deportes enteros. Los dos países han revolucionado el pádel y el golf profesional creando circuitos paralelos bañados en dinero.