Hace 20 años el "balserito" Elian González se salvó de morir ahogado con su madre y otros cubanos que querían llegar a Florida, pero quedó en medio de un pulso de fuerza entre el Gobierno de Cuba y los exiliados en Miami, zanjado con un fallo de la justicia estadounidense que posibilitó su regreso a la isla.
"Volvería a defender a un niño indefenso ante una dictadura", dijo a Efe Ramón Saúl Sánchez, uno de los líderes de las protestas con las que los cubanos de Miami trataron infructuosamente de impedir que Elian, que tenía cinco años cuando cruzó el estrecho de la Florida a bordo de una balsa, fuera devuelto a su padre y a Cuba.
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