Cuando Rob Madigan se convirtió en el mánager del Porters Lodge, un pub situado en la zona financiera de Londres, lo primero que hizo fue colgar una diana de dardos. Un par de semanas después, dos equipos ya habían convertido el Porters Lodge en su nueva casa. Visto el éxito, Madigan colocó una segunda diana. En menos de un año, el pub acogía hasta veinte equipos de dardos, casi todos ellos compuestos por compañeros de trabajo en empresas de la City, la milla cuadrada en la que tienen sede algunas de las principales entidades bancarias, firmas de abogados, aseguradoras y demás compañías de traje y corbata.