Los países árabes del Golfo han adoptado en los pasados años normas para limitar el impacto del calor en los sectores más expuestos, como la construcción, aunque en muchos casos se consideran tardías e insuficientes para evitar la muerte y el sufrimiento de los trabajadores. En las ricas monarquías petroleras de esta región, los migrantes son muchas veces explotados y no tienen derecho a asistencia médica, ni al descanso ni a presentar una queja o denuncia.
Las primeras reformas para mejorar su situación fueron introducidas por Qatar y alabadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que participó en 2019 en el estudio más amplio realizado hasta el momento sobre el estrés térmico, el cual sirvió de base para mejorar la legislación laboral.
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