El origen del dicho en la política estadounidense de que “salen tres billetes de Iowa” viene de lo raros que son los caucus en este estado rural del Medio Oeste. Los ganadores se proclaman en asambleas de unas pocas decenas de activistas que se reúnen en gimnasios, iglesias y colegios una noche heladora de enero y, después de unos discursos, apuntan su favorito en un papel. Los papeles se amontonan, se cuentan a mano delante de todos y se lee el resultado; si hay empate, se tira una moneda al aire.