Si algo ha caracterizado la relación de Pedro Sánchez y Ursula von der Leyen los últimos cinco años ha sido la sintonía. La presidenta de la Comisión Europea siempre ha sabido que su reelección depende de las capitales y, en el caso del español, ha pesado también que es una de las caras más reconocidas de la socialdemocracia europea a la que necesita para que la Eurocámara la valide. El líder del PSOE, por su parte, ha encontrado en la alemana una aliada en todas las batallas que la derecha ha tratado de elevar a Bruselas provocando incluso que el PP de Alberto Núñez Feijóo haya marcado muchas distancias con su correligionaria.