Ciudadanos israelíes prendieron fuego ayer en dos ocasiones al perímetro de la sede de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Jerusalén este ocupado cuando había empleados de la agencia y de otros organismos de Naciones Unidas en su interior. La oficina permanecerá cerrada hasta que se restablezcan los niveles de seguridad adecuados.
“A la luz de este segundo incidente atroz en menos de una semana, he tomado la decisión de cerrar nuestro complejo hasta que se restablezca la seguridad adecuada”, ha informado el comisionado general de esa agencia, Philippe Lazzarini, que ha calificado el suceso de “escandaloso”.
Lazzarini ha explicado que el director de la sede y otros empleados tuvieron que apagar el fuego ellos mismos, ya que los extintores israelíes y la policía tardaron en aparecer. “Se vio a una multitud acompañada por hombres armados afuera del complejo cantando 'Quemen las Naciones Unidas”, ha asegurado Lazzarini sobre los autores de la agresión, escenas que también se han difundido en las redes sociales. “Se trata de un hecho escandaloso. Una vez más, las vidas del personal de la ONU corrieron grave riesgo (...) En los últimos meses hemos sufrido regularmente acoso e intimidación y en varias ocasiones, los extremistas israelíes amenazaron a nuestro personal con armas de fuego”, ha añadido.
Durante los últimos dos meses, extremistas israelíes han estado organizando protestas frente al complejo de la UNRWA en Jerusalén, convocadas por un miembro electo de la municipalidad de Jerusalén, que esta semana se han vuelto más violentas con los manifestantes arrojando piedras al personal de la ONU y los edificios del complejo.
Un guardia de seguridad inspecciona un área fuera de las oficinas de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) en Jerusalén, 10 de mayo de 2024.
Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, la UNRWA ha estado en el punto de mira de Israel. El Gobierno israelí acusó a una decena de empleados de la agencia de participar en los ataques de Hamás del 7 de octubre y alega que más de dos centenares de su plantilla tienen vínculos con los islamistas; tampoco oculta su intención de cerrarla. Estas acusaciones hicieron que muchos países donantes cortaran su financiación a la UNRWA, aunque la mayoría la han retomado ante la falta de pruebas concluyentes presentadas por Israel.
Lazzarini ha insistido en que es responsabilidad del Estado de Israel, “como potencia ocupante”, garantizar que el personal y las instalaciones de las Naciones Unidas estén protegidos “en conformidad con el derecho internacional” y ha reclamado que los autores de los ataques sean investigados y rindan cuentas.
