Milei toma posesión de la presidencia argentina:

El ultraderechista Javier Milei ha tomado posesión este domingo como nuevo presidente de Argentina de manos del saliente Alberto Fernández, en lo que marcará el inicio de un gobierno de ultraderecha sin precedentes en la democracia del país. Milei tiene mandato hasta diciembre de 2027 y aplicará un programa de "ajuste" del que "no hay alternativa", según sus palabras dirigidas a sus partidarios congregados en las afueras del Congreso.

La ceremonia mostró una imagen hasta hace poco impensable de Milei, surgido abruptamente de la pantalla televisiva en años recientes, y la saliente vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Esta líder peronista de centroizquierda que protagonizó la escena política argentina en las últimas dos décadas encabezó la ceremonia de traspaso de mando como presidenta del Senado y dejó el poder en manos de un economista que abjura de todo lo que ella considera logros.

Alberto Fernández entregó la banda presidencial en medio de la indiferencia de los diputados y senadores presentes y la frialdad propinada por Milei y quien actuó como enemiga de su gobierno, Cristina Kirchner. El diálogo entre la vicepresidenta saliente y el presidente entrante fue más cordial y hasta se dejaron ver haciendo bromas porque el bastón presidencial incluyó una inscripción de orfebrería de los cuatro perros vivos y el fallecido Conan a los que Milei considera sus "hijos de cuatro patas".

Milei ha jurado el cargo "por Dios y por la patria". El acto respetó las formalidades mientras sobresalían cánticos de "libertad, libertad" de los 37 diputados nacionales y los 7 senadores del partido del nuevo presidente, La Libertad Avanza. Esas bancadas representan una minoría exigua para llevar a cabo un plan de recortes draconiano que planea llevar a cabo el ultraderechista, aunque contará con el apoyo de legisladores del sector radicalizado de la coalición conservadora Juntos por el Cambio, fundada por el expresidente Mauricio Macri.

En el recinto de la Cámara de Diputados sobresalieron empresarios y ejecutivos de poderosos conglomerados que apadrinan la presidencia de Milei, como Corporación América, donde el economista trabajó 13 años, y la firma de construcciones IRSA.

Entre los representantes extranjeros dieron el presente el rey de España Felipe VI, quien se reunió este sábado con el presidente saliente y el entrante; el líder de Vox Santiago Abascal, los presidentes de Chile, Gabriel Boric; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Ecuador, Álvaro Noboa, Paraguay, Santiago Peña; de Ucrania, Volodimir Zelenski, y el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán. Entre los muchos ausentes, sobresalió el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Milei rompió la tradición al no pronunciar su discurso de investidura ante las dos cámaras legislativas ante miles de partidarios congregados en la Plaza de los Dos congresos.

"Hoy comienza una nueva era en Argentina", ha aseverado Milei. "Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. Nos dejan un déficit del 15% del PBI", ha añadido.

Esa fue la primera de muchas cifras dichas por Milei en su discurso que no se corresponden con la realidad. El déficit fiscal de 2023, según estimaciones privadas y del Fondo Monetario Internacional, sería de 3%.

También mencionó que Alberto Fernández deja una "inflación plantada" de 15.000% (terminará en alrededor de 140% en 2023). Habló a su vez de "baño de sangre" por la delincuencia, cuando, en rigor, si bien la inseguridad es palpable en barrios de las grandes ciudades, Argentina, con 4,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, exhibe la cifra más baja de América Latina en la materia.

El panorama llevó a Milei a anunciar que "no hay alternativa al ajuste y al shock".

Mientras el nuevo presidente se dirigía a manifestantes, en su mayoría hombres jóvenes que ocupaban un tercio de la extensa plaza frente al Congreso, era escoltado por los gobernantes extranjeros, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, adalid negacionista del terrorismo de Estado, y la hermana del mandatario, la extarotista Karina Milei. Antes, en los palcos del Congreso, habían estado los padres de los hermanos Milei y la novia del presidente, la imitadora de Cristina Kirchner Fátima Florez.

Las primeras palabras de Milei fue "Hola a todos" con voz grave, propia del histrionismo de su ascenso político. Luego, eligió un tono más calmo.

“Los argentinos de manera contundente han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno. No hay vuelta atrás, enterramos décadas de fracaso y disputas sin sentido. Comienza una era de paz y prosperidad, de libertad y progreso”, anunció el ultra.

Comparó el peso de la caída del Muro de Berlín con la elección que lo consagró en segunda vuelta, el pasado 19 de noviembre.

“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”, aventuró en un lugar común que se ha repetido en muchas oportunidades a lo largo de la historia argentina.

Milei magnificó el déficit fiscal de 15% y ratificó que aplicará en lo inmediato "un ajuste fiscal de 5 puntos del PBI que caerá sobre el sector público”. Reiteró que los recortes afectarán al Estado y no a los privados, aunque el alcance de la afirmación no queda claro porque, para alcanzar ese objetivo, deberán ser seccionadas partidas de subsidios, obra pública, programas sociales, jubilaciones y exenciones impositivas.

Con cálculos sobre el pico de inflación actual, que sería del orden del 13% mensual, acelerada precisamente tras la victoria del ultraderechista por su promesa de devaluación y dolarización, más su estimación de la base monetaria, los pasivos del Banco Central que respaldan los depósitos bancarios por 24 billones de pesos y otros factores, Milei dijo que Fernández deja una "inflación implantada" de 15.000%.

"Esa es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”, dijo.

El mandatario pareció tomar nota del consejo de su predecesor y aliado Mauricio Macri, quien reiteró muchas veces que uno de sus errores fue no dar cuenta —a su juicio— de la herencia recibida en 2015. En esa línea, el presidente de extrema derecha describió un escenario catastrófico.

“Nos han arruinado la vida y nos han hecho caer por diez veces nuestros salarios. Por lo tanto tampoco nos debería sorprender que nos estén dejando 45% de pobres y 10% de indigentes”, describió. Esos porcentajes son algo superiores al último reporte del Instituto de Estadísticas y Censos, aunque no son comparables con las mediciones del resto de América Latina, ya que Argentina utiliza criterios mucho más estrictos que sus vecinos para calcular la pobreza por ingresos.

“No hay alternativa posible al ajuste. Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. Todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los de shock -menos el de 1959- fueron exitosos. Si un país carece de reputación, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal”.

El discurso de Milei encontró ecos casi textuales en la evaluación dada hace 42 años por el exministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, artífice del programa de la dictadura militar que causó decenas de miles de desaparecidos entre 1976 y 1983. Aquél plan de shock terminó en una debacle social y de deuda que cambió el rumbo del desarrollo argentino.

“No hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”, amplió Milei.

Otro tramo significativo anunció: “No venimos a perseguir a nadie, nuestro proyecto no es de poder, es de país”, en lo que pareció una alusión a la ofensiva judicial lanzada por el gobierno de Macri en 2016 contra Cristina, empresarios y otros kirchneristas, denunciada por éstos como "persecución".

El plan de "shock" supondrá decenas de miles de despedidos tanto en el Estado como en las empresas, según estimaciones de economistas de diferente ideología. El eventual salto del desempleo, desde el 6,2% actual, y el alza inflacionaria por la devaluación previsiblemente dispararán protestas, que suelen ser masivas y cotidianas en Argentina.

Milei dejó una advertencia. "Aquellos que quieren utilizar la violencia o la extorsión para obstruir el cambio se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles que utiliza todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que el país necesita. No vamos a claudicar, no vamos a retroceder, no nos vamos a rendir. Vamos a avanzar con los cambios que el país necesita”.

El nuevo presidente aludió a la inseguridad, tema omnipresente en los medios argentinos y factor primordial de preocupación de muchos argentinos.

"Nuestros desafíos no terminan solamente en el plano económico. El nivel de deterioro de nuestro país es tal que abarca todas las esferas de la vida en comunidad. En materia de seguridad, Argentina se ha convertido en un baño de sangre", dijo Milei.

Aunque el robo es una realidad acuciante en barrios de las grandes ciudades, la alusión de Milei lució una vez más exagerada a la luz de los datos reales. La Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito reportó datos de 2022 que indican que en Argentina ocurrieron 4,3 homicidios cada 100.000 habitantes, una cifra muy inferior a la mayoría de los países de América Latina. Por ejemplo, el ratio llega a 21,3 en Brasil, 6,7 en Chile, 25,4 en Venezuela y 11,2 en Uruguay.

"Los delincuentes caminan libres, mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia", en alusión a Rosario, la urbe más importante del noreste argentino que multiplica varias veces el promedio de asesinatos nacional.

Milei, de 52 años, parece haber convencido durante la campaña al electorado con la denuncia de “la casta” y “los políticos”, los sindicatos y, a veces, “los periodistas”. En cambio, no ha dedicado palabras hostiles a empresarios, la Iglesia y los terratenientes, ni a expresidentes de derecha, como el fallecido peronista Carlos Menem o el conservador Mauricio Macri. Entre sus seguidores más fieles hay youtubers, brokers financieros, personajes mediáticos, predicadores de la ultraderecha nostálgica de la dictadura militar, antifeministas y conservadores de todo color.

En su programa defiende el fin del aborto legal, el fin de la educación sexual en las escuelas y la libre portación de armas. También ha afirmado que el calentamiento global “es otra de las mentiras del socialismo”. Milei ha dicho en varias ocasiones ante los medios que de niño sufrió maltrato físico y verbal por parte de sus padres. “Para mí no existen. Están muertos”, decía en 2018.

Noticia en desarrollo