La participación en la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas se dirige a un mínimo histórico, después de que a falta de tres horas para el cierre de los colegios, la abstención subiera cuatro puntos con respecto a la registrada en el primer turno en marzo pasado.

A las 17.00 horas (15.00 GMT) había votado el 34,67% del censo, frente al 38,77% que lo había hecho a esa misma hora el pasado 15 de marzo, cuando al final del escrutinio la abstención marcó un récord de más del 55%.

La caída es superior si se compara con la registrada en las municipales de 2014, cuando a falta de tres horas para el cierre de los colegios, había votado el 52,36% del electorado.

Comicios con medidas de precaución sanitaria

Los comicios se desarrollaron en medio de importantes medidas de precaución sanitaria a causa de la COVID-19. Por primera vez en la historia de Francia, la mascarilla es obligatoria en las mesas electorales, donde existen señales para que se respeten las distancias de seguridad y donde los participantes están invitados a lavarse las manos con gel hidroalcólico.

Dos días después de la primera vuelta del pasado 15 de marzo el Ejecutivo decretó el confinamiento de la población y anunció el retraso de la segunda vuelta.

Fue fijada para este domingo, después de que la situación sanitaria del país haya mejorado, aunque el Gobierno advierte de que el virus sigue circulando e invita a los ciudadanos a mantener las distancias de seguridad, extremar la higiene y llevar mascarilla en los transportes públicos.

Unos 16 millones de franceses, el 38% del total del censo, están llamados este domingo a las urnas en casi 5.000 municipios, aquellos en los que en la primera ninguna de las listas logró superar el 50% de los votos.

Los sondeos auguran un revés electoral para el partido del presidente, Emmanuel Macron, un ascenso importante de los ecologistas y un mantenimiento de los conservadores y los socialistas.