Los brasileños están pagando la carne roja a precio de oro debido al fuerte aumento de las ventas a China y a la presión de un dólar en máximos históricos que ha estimulado las exportaciones.

El precio de la carne de vaca subió un 40 % en los últimos dos meses en Brasil, el país que más exporta este producto en el mundo, y se ha convertido en inaccesible para muchos consumidores, llegando a alcanzar esta semana la media histórica de 16,12 reales (3,85 dólares) por kilo en el estado de Sao Paulo, el más poblado del país.

"El aumento del precio no se debe al aumento del consumo, sino a la restricción de la oferta" en el mercado interno, según explicó en declaraciones a Efe el ingeniero agrónomo Alcides Torres, especialista de la consultora Scot.

El aumento del precio "ya era previsible" porque "forma parte de un ciclo", pero lo "inédito", según Torres, ha sido la elevada demanda por parte del mercado chino, que este año se ha visto afectado por un brote de peste porcina africana.

De acuerdo con la Asociación Brasileña de Frigoríficos (Abrafrigo), el gigante asiático es responsable por la importación del 41 % del producto exportado de Brasil y en los últimos meses ha aumentado fuertemente los pedidos de carne bovina para atender a su consumidores, llegando a habilitar 17 plantas exportadoras de carne brasileña.

Sin embargo, según Abrafrigo, existen otros factores que han contribuido para la escalada del precio de la carne a "niveles récords" y han "generado un ambiente especulativo" en Brasil, un país donde hay más vacas que personas.

Entre ellos citó el fortalecimiento del dólar, el cual ha incentivado la exportación por parte de los productores, y la proximidad a las fechas de fin de año, cuando acostumbra a aumentar el consumo de carne.

No obstante, los expertos sostienen que no hay riesgo de desabastecimiento en el mercado interno y que la elevación actual de los precios "no es sostenible" a largo plazo, por lo que la situación se normalizará "en algún momento", aunque "no volverá" al valor de los meses anteriores, según revelan las proyecciones de Abrafrigo.

BRASIL, UN GRAN PRODUCTOR Y CONSUMIDOR DE CARNE

El aumento de precio de la carne bovina ya ha empezado a hacerse notar en los bolsillos de los brasileños, cuya dieta, según el ingeniero agrario, se basa en 35 kilos anuales de carne bovina.

Sin embargo, según explicó, existen diferencias de consumo dentro del mismo país, ya que en las regiones del sur, como en Santa Catarina, los brasileños llegan a ingerir 50 kilos al año, frente a los 17 kilos que incluyen las dietas de las regiones más pobres del nordeste de Brasil.

El consumo interno es el motor fundamental de este mercado, ya que absorbe el 80 % de la producción del país, frente al 20 % que representan las ventas al exterior, de acuerdo con el especialista.

"Nosotros lo hemos sentido y los clientes también", lamentó en declaraciones a Efe el trabajador de una carnicería del barrio paulista de Vila Mariana, Lucas Arujo, quien explicó que en las últimas semanas "el consumo disminuyó" en su tienda, donde el precio por kilo de la carne bovina aumentó poco menos de un dólar.

La carne de vaca "tiene proteína y necesita estar en la mesa del brasileño y de los niños", afirmó una señora a las puertas de un supermercado en Sao Paulo.

"En Brasil tenemos muchas personas que no pueden pagar este precio, que son desempleados y estas personas, que son la gran mayoría, son los afectados", subrayó.