Francia y Alemania negociarán por su cuenta las nuevas reglas fiscales antes de pactarlas con los 27

Francia y Alemania cogerán las riendas de la negociación del nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que es uno de los expedientes fundamentales que tienen los 27 sobre la mesa durante la presidencia española del Consejo de la UE, a la que corresponde pilotar las conversaciones. "Propondré continuar avanzando mano a mano entre Francia y Alemania. Todo el mundo sabe que al final un acuerdo sobre las nuevas reglas del Pacto de Estabilidad pasan por un acuerdo francoalemán", ha expresado el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, a su llegada a la reunión con sus homólogos europeos en Luxemburgo.

La intención del francés y su colega liberal alemán, Christian Lidner, es avanzar en la negociación entre esos dos grandes países, que son los que encabezan los principales grupos en disputa y, a partir de ahí, poner sobre la mesa las bases para un acuerdo que pueda servir al conjunto de los 27. Esa posición supone pasar por encima de la vicepresidenta primera española, Nadia Calviño, que es a quien corresponde pilotar esas negociaciones. Por el momento, España puso sobre la mesa una propuesta que no ha logrado acercar suficientemente las posiciones.

"Hemos hablado con Christian Lindner y seguiremos trabajando con Christian Lindner en las próximas semanas para tratar de llegar a un acuerdo francoalemán que podría servir de base a un acuerdo más global", ha expresado el ministro de Emmanuel Macron.

De hecho, el francés ha cogido las riendas al plantear un "calendario claro" que pasa por que los ministros hagan "avances" en la discusión que llevan a cabo este martes en la reunión del Ecofin y que en la cita del 9 de noviembre haya "avances concretos" para poder tener un acuerdo antes de que acabe el año, aunque es un objetivo complicado dado que, después de que los 27 lleguen a una posición común, comenzarán las negociaciones con la Eurocámara y la Comisión.

Calviño trató de restar importancia al paso de sus colegas. "Apoyo y aliento todos los intercambios que puedan aportar un enfoque constructivo", afirmó tras asegurar que la presidencia española hasta ahora ha llevado a cabo conversaciones en "diferentes formatos", entre los que ha citado "reuniones formales e informales", negociaciones bilaterales, en grupos reducidos...

Le Maire también ha planteado un "método" de negociación que pasa por tener en cuenta principalmente el indicador de la deuda. Así, ha dicho que lo importante no es sólo que sea lo más baja posible sino que "el objetivo es tener un nivel sostenible, compatible con el crecimiento y las inversiones". ,

Uno de los principales choques entre Alemania y Francia es que los primeros quieren que haya un porcentaje común de reducción de la deuda cada año del 1% mientras otros países, entre ellos Francia, apuestan por fomentar las inversiones que puedan estimular la economía. La idea de la Comisión Europea precisamente es fijar sendas de ajuste fiscal para cada uno de los estados miembros, pero los frugales desconfían de que el gobierno comunitario sea el único árbitro que controle la situación.

La rivalidad de Francia y Alemania es lo que está poniendo cuesta arriba las principales negociaciones en el seno de la UE. También en el caso de la reforma del mercado eléctrico ha sido el principal escollo, aunque la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se ha mostrado "optimista" respecto a encontrar una posición común de los 27 este martes que permita empezar las negociaciones con la Eurocámara, una vez que fije su postura negociadora.

El principal escollo está en el diseño de los Contratos por Diferencias (CfD) y la distribución de sus beneficios ya que Francia quiere prolongar la vida útil de sus nucleares y que firmen CfD con su industria sin limitaciones y Alemania quiere distribuir subsidios con los beneficios obtenidos gracias a los CfD entre su industria sin limitaciones.

La última propuesta de la presidencia española busca un equilibrio entre esas posiciones al especificar que los CfD estarán reservados a “nuevas instalaciones de bajas emisiones y generación de electricidad no fósil”, pero abandona la limitación a la cantidad de energía que Francia podía sacar de la prolongación de sus nucleares, aunque es la Comisión Europea la que tiene que decidir si se trata de ayuda de estado o no, como ya hace España con sus subastas de renovables, que vienen a ser también CFD´s.