En 1567, dos años antes de su muerte, Pieter Brueghel el Viejo fue descrito por primera vez como 'el segundo Bosco'. El sambenito se lo colgó el comerciante florentino Ludovico Guicciardini en un escrito tan influyente que llega hasta nuestros días. Y lo cierto es que, durante años, este pintor flamenco se sirvió del imaginario de quien pintase El jardín de las delicias para cultivar su arte.
Sin embargo, más allá de la sombra de El Bosco, Pieter Brueghel el Viejo fue uno de los más grandes artistas del XVI, exponente imprescindible de la pintura flamenca. Es más, fue el patriarca de una estirpe de artistas que cambiaría, por siempre, la historia del arte.