La literatura de Edurne Portela (Santurce, 1974) maneja silencios que hablan más que palabras. En su último libro te mantiene con los ojos abiertos, mientras su gran protagonista Pedro consigue ver incluso con los ojos cerrados. Pedro es un niño roto por haber presenciado el cruel asesinato de sus padres. Llegaron los franquistas y la violencia (y sus consecuencias) se espesó como la niebla en el campo. A su vez, décadas más tarde, Ariadna se instala en el pueblo en búsqueda de la historia familiar, además de para intentar recomponer su relación amorosa.