Las otras dos llegarían por París-Tombuctú, a las órdenes de Luis García-Berlanga, y por Vete de mí, su único Goya como actor protagonista. Por este maravilloso papel de actor en crisis ganó también la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián.

Juan Diego triunfó no sólo en el cine, sino en el teatro, donde centró gran parte de su actividad durante toda la década de los 90. Por supuesto, también en la televisión, donde triunfó en fenómenos de audiencia como Los hombres de Paco y Padre Coraje, la miniserie dirigida por Benito Zambrano y que fue uno de los puntos de inflexión en la ficción de calidad de nuestro país.

Además de por su calidad como intérprete, Juan Diego también destacó por su compromiso político y por su activismo por la defensa de los derechos laborales de los actores. Desde muy joven y durante el franquismo militó en el Partido Comunista; y en 1975 fue uno de los organizadores de la histórica huelga de actores en la que se reivindicaba la reducción de la jornada laboral para los intérpretes teatrales. También en 2003 con el No a la guerra fue uno de los intérpretes más beligerantes. Leyó manifiestos en la Puerta del Sol y lideró las manifestaciones contra la invasión de Irak liderada por EEUU y apoyada por el gobierno de Aznar.