Un sorteo cuyo premio sea el avión presidencial mexicano. Esta es la propuesta que ha hecho el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para deshacerse de la aeronave que se encontró al tomar posesión del cargo, un Boeing 787, que ya lleva un año a la venta.
En diciembre de 2018, el recién nombrado presidente de México anunciaba que el avión presidencial se ponía a la venta para reducir gastos del Gobierno y que se enviaría a California para que Boeing lo custodiara hasta que un posible comprador estuviera dispuesto a desembolsar los 130 millones de dólares en los que está valorado.