El mundo del circo vive sus peores días pero el Hermanos Gasca, varado en Bogotá hace casi dos meses por el confinamiento del coronavirus, se resiste a bajar el telón y confía en que más temprano que tarde el público regresará para darle vida al espectáculo.
Los motores de esta quijotada son Raúl y Martín Gasca, la cuarta generación de hermanos de una familia circense mexicana que metió sus vidas en una carpa para llevar alegría al mundo.
"El circo está pasando por la peor crisis de su historia porque el circo para vivir necesita público, necesita que vengan las familias, que vengan los niños, que compren una boleta.
Leer más: El circo se resiste a morir en Colombia por la pandemia del coronavirus