Una organización sabe que está en problemas cuando su líder tiene que explicarle a un juez por qué se iba de vacaciones pagadas al Caribe en el yate de un proveedor. Eso ha tenido que hacer esta semana Wayne LaPierre, la cara más conocida de la Asociación Nacional del Rifle durante los últimos 30 años y el máximo responsable de su eficaz bloqueo ante cualquier intento de limitar el uso de armas en EEUU. Le ha dicho a un tribunal que esas vacaciones no eran un soborno, sino una cuestión de seguridad.