Joe Biden finalmente ha renunciado y ha elegido a su vicepresidenta, Kamala Harris, como sucesora para que ocupe su lugar en la candidatura demócrata. Ahora bien, el apoyo de Biden no es suficiente para garantizar que Harris sea elegida la nueva presidenciable de los demócratas. Biden no puede obligar a sus delegados a votar por ella. Los más de 3.800 delegados que había conseguido el presidente durante el proceso de primarias ahora quedan libres, pues solo tenían el compromiso con él.