Fueron cien mil personas las que salieron a la calle, pero la prensa británica conservadora se interesó muy pronto por lo que había gritado un solo individuo. Tanto es así que el suceso, en el caso de que merezca ese nombre, se convirtió en un enfrentamiento entre la ministra de Interior y la Policía Metropolitana de Londres. O eso decían los titulares del lunes que mencionaban las críticas políticas en favor de más mano dura contra la incitación a la violencia.
La manifestación del sábado en solidaridad con la causa palestina y contra la guerra de Gaza transcurrió sin incidentes graves.
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