El Ejército ruso ha conseguido profundizar su avance en el este de Ucrania, apoderándose de nuevos territorios y forzando a las unidades de Kiev a replegarse a nuevas posiciones antes de que la asistencia militar estadounidense aprobada recientemente llegue al frente. El comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Sirski, ha admitido que la situación en el campo de batalla “ha empeorado” y que Rusia está “intentando hacerse con la iniciativa estratégica y romper la línea del frente”, con “una ventaja significativa en fuerzas y medios”.