Noralba Galvis suele regresar a su aldea en la selva colombiana con provisiones frescas de arroz, carne, sal y otros alimentos metidos en bolsas. Sin embargo, hoy, cuando esta mujer de 40 años se sube a una barca para emprender el viaje de dos horas por el río Putumayo, sólo lleva una caja de cartón.
"Mi madre me dio estos pollitos", explica: "Los pollos son un excelente recurso en momentos de emergencia como éste, cuando ya no queda nada más que comer".