Hace 21 años, en pleno pico de violencia durante la Segunda Intifada, dos soldados israelíes publicaron una carta –con el apoyo y la firma de otros 50 compañeros de filas– en el principal periódico nacional declarándose objetores de conciencia y negándose a servir en los territorios ocupados palestinos:
"Nosotros, reservistas y soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel, educados en los principios del sionismo, el sacrificio y la entrega al pueblo y al Estado de Israel,
Nosotros, soldados que hemos recibido órdenes que no tienen nada que ver con la seguridad de nuestro país y que tenían el único propósito de perpetuar nuestro control sobre el pueblo palestino,
Declaramos que no seguiremos combatiendo esta guerra de asentamientos y no seguiremos combatiendo más allá de las fronteras de 1967 con el objetivo de dominar, expulsar, matar de hambre y humillar a un pueblo entero".