Cuando Mauro Ezequiel Combarro volvía a su casa escuchando hip-hop después de trabajar como repartidor, probablemente no se imaginaría dónde estaría ahora. De familia humilde, del barrio porteño de Almagro, en Argentina, Duki —el nombre artístico de Mauro— nunca destacó por sus estudios. Tras repetir varias veces curso, tuvo que ponerse a trabajar pronto para ayudar a su madre con las facturas de casa. A él siempre lo motivó la música y, en concreto, el rap.