Mientras el resto de candidatos republicanos a las presidenciales encaraban su segundo debate de primarias en California, Donald Trump daba anoche una clase magistral de trumpismo en Michigan. Concretamente, en Clinton Township (Michigan), a escasos kilómetros del piquete en Detroit donde participó el martes el presidente Joe Biden. El magnate, consciente de su abrumadora ventaja en las encuestas (le separan 41 puntos del segundo clasificado, Ron DeSantis), no solo optó por saltarse el debate de su partido, sino que lo contraprogramó en horario de prime time.