La llamada operación Influencer causó un terremoto político en Portugal, provocando la dimisión del entonces primer ministro António Costa en noviembre del año pasado y precipitando la celebración de elecciones anticipadas, que acabaron aupando a la derecha al poder. Cinco meses después de que el caso saliera a la luz, no hay ningún detenido entre los acusados, a los que solo se les aplica la medida menos grave de un plazo de identidad y residencia, ya que el Tribunal de Apelación de Lisboa ha considerado esta semana que no hay pruebas que apoyen la idea de que hubo “cualquier tipo de delito”.