Las autoridades de Australia han declarado el estado de emergencia en el este del país ante una ola de calor que ha alcanzado máximas históricas y que está agravando los incendios forestales que arden desde noviembre, mientras aumentan las protestas contra la política climática del Gobierno.
Con temperaturas por encima de los 40 grados, la jefe de Gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, ha declarado el estado de emergencia en su jurisdicción en los próximos siete días. "Nuestra mayor preocupación para los próximos días es la imprevisibilidad (de las condiciones meteorológicas)", ha dicho Berejiklian en una rueda de prensa en Sídney, en la que mencionó las condiciones de viento y calor "extremos" para justificar la medida.