La misión comercial española se vio truncada por los choques armados en la capital libia. "Fue muy complejo, pero no temimos por nuestra integridad física", afirma una de las integrantes de la comitiva
Un grupo de españoles, atrapados en un hotel de la capital de Libia por los combates
Los nueve empresarios españoles que se vieron atrapados en Trípoli (Libia) por los enfrentamientos armados entre milicias llegaron esta noche al aeropuerto de Fiumicino de Roma, desde donde este viernes cogerán sus vuelos de regreso a España.
Tras pasar la noche en la capital italiana, cada empresario volará hacia su destino en España este mismo viernes. El grupo viajó a Libia en una misión comercial organizada por la Cámara de Comercio de Tarragona para ayudar a empresas españolas “a abrir mercado”, hasta verse sorprendido el martes por los choques violentos entre facciones armadas, cuando todo se puso ya “muy complicado”, agregó Barros.
“Fue muy complejo, pero en ningún momento temimos por nuestra integridad física”, dijo en Roma otra integrante de la misión, la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios, Begoña Fernández-Costales. En un primer momento se refugiaron en su hotel, primero en el sótano y después en sus habitaciones, y el miércoles fueron trasladados a la embajada, donde estuvieron hasta salir del país.

“La Embajada española nos ha tratado de forma impecable y en todo momento ha estado gestionando de forma encomiable toda la situación”, agregó Fernández-Costales. Según remarcó, los miembros de la comitiva no sintieron que sus vidas estuvieron corriendo peligro en ningún momento.
“La propia Policía diplomática libia que estaba en el hotel nos bajó en un momento dado al sótano cuando empezaron los tiroteos”, y “una vez se encontró una ventana de seguridad nos trasladaron a la embajada española”, donde se refugiaron 21 españoles, incluyendo los miembros de la delegación empresarial, contó la empresaria asturiana. Según agregó, ya desde ahí, los empresarios fueron llevados en un convoy con coches blindados hasta el aeropuerto de Misrata, desde donde volaron hacia la capital de Italia.
La misión comercial se vio truncada por los choques armados en la capital libia, tras la muerte de Abdel Ghani al Kikli, cabecilla de la milicia Aparato de Apoyo a la Estabilidad (SSA). Marouane Boutami, responsable de exportaciones de los laboratorios Catalysis, aseguró que el grupo fue consciente en todo momento de que no eran “una diana” para las milicias, “sino todo lo contrario”. “Ellos evitan cualquier contacto con europeos o con nacionalidades europeas, es algo local entre las milicias”, remarcó.
Según agregó, ahora toca “descansar” y “retomar todos los contactos” hechos en Libia, “porque es un país con mucho potencial”, y lo sucedido “no es un impedimento para volver a seguir el trabajo”. El Gobierno de Unidad Nacional de Libia, que controla esta región occidental, anunció un alto el fuego para restablecer la calma, en la peor escalada de violencia en Trípoli en más de un año.